CUERPO REAL, CUERPO VIRTUAL
CUERPO REAL, CUERPO VIRTUAL
JUAN GUILLERMO URIBE, AME, Miembro del Foro de Medellín.
Foro de Medellín, 14 de Abril de 2020.
La pandemia por la cual estamos pasando, ha puesto de presente la diferencia entre lo real del cuerpo, su carne, y la virtualidad de su imagen. Lo que permanece es la voz y la mirada, dos objetos destacados por J. Lacan. No tenemos referencias sobre los análisis en tiempo de pandemia. Todo es inédito.
Dada la obligación del distanciamiento de los cuerpos: no abrazos, no apretones de manos, y por consiguiente, no encuentros sexuales. La carne pasó al estatuto de riesgo de contagio mutuo y amenaza.
¿Qué consecuencias produce este hecho sobre la práctica del análisis? ¿Si el dispositivo analítico supone la presencia de los dos cuerpos, entonces, no habrá más análisis durante la pandemia? El inconsciente habla y sigue hablando…
Quiero poner a consideración de los colegas, algunas reflexiones que podríamos nombrar “el dispositivo analítico en tiempo de pandemia infecciosa”. Se puede comenzar por definir los elementos mínimos del dispositivo analítico: un encuentro entre dos personas que supone un intercambio de palabras. Esto implica que se trata de la voz y la mirada y una abstención del contacto corporal.
El primer encuentro durante las entrevistas preliminares, formuladas por Lacan, se da en términos de intersubjetividad. El futuro analizante (podemos nombrarlo en ese momento, paciente), se dirige al analista, lo mira, lo ve, lo saluda y lo mismo se presenta para el analista.
Al pasar al diván, supuestas las condiciones para ello, el analizante solamente ve al analista cuando llega al dispositivo y cuando sale de él. En el entre tanto, lo que predomina es la voz o el silencio de acuerdo al momento.
Se puede decir que el cuerpo del analista se vuelve voz y escucha. Hay, entonces, el encuentro de la voz del analista y las distintas voces que evoca el analizante. Las voces de su historia infantil y vivencial.
La consigna de la libre asociación y la atención flotante, recomendadas por Freud, se conservan en esta nueva forma de encuentro. El analista, por efecto de la transferencia, dispone del recurso interpretativo discrecional.
Para algunos analizantes este cambio en el dispositivo, los ha sorprendido, como también a los analistas. En ningún momento se trata de un recurso pragmático sino de una consecuencia de la estructura del dispositivo. ¿Cuánto tiempo se utilizará? Eso no lo puede señalar sino la duración y gravedad de la pandemia.
En el caso de los análisis con niños, las condiciones cambian completamente, puesto que el “contacto” del niño con el analista es parte del dispositivo, aunque por algún control, se ha podido constatar que algunos niños han pedido a sus padres que los comuniquen con el analista.
Esta respuesta inédita nos permite a los analistas responder a la época en que les toca vivir, y es como lo estamos haciendo con la convocatoria del Foro, que está abierta a los que les interese el psicoanálisis y su formación.
